miércoles, 11 de enero de 2012

EL ARTE POÉTICA DE "OBLICUA" (PRIMER NÚCLEO TEMÁTICO-COMPOSITIVO DE "EL ALMA OBLICUA", DE VICENTE CERVERA SALINAS)


 peri biblion

Rubio Sánchez, Miguel Ángel (Universidad de Murcia): El arte poética de “Oblicua” (primer núcleo temático-compositivo de El alma oblicua, de Vicente Cervera Salinas)

Resumen: El arte poética de “Oblicua” es un estudio individualizado e inmanente de cada uno de los poemas que forman el decálogo de “Oblicua” (primer núcleo temático-compositivo de El alma oblicua), aunque en ningún momento se ha obviado, cuando las condiciones así lo requerían, una aproximación de calado exegético-hermenéutico. Todo ello se ha llevado a la práctica, previa descripción hermenéutica, estudiando el modelo constructivo en el cual se fundamenta la creación de este conjunto de poemas, es decir, mediante el circunloquio y el ardid como huellas del ejercicio del pensamiento. El presente trabajo se centra en el texto original, y no en la traducción de la edición bilingüe.

Abstract: Vicente Cervera Salinas´ “Oblicua” poetic art is both an individual and immanent research on every poem that is part of Oblicua´s decalogue (first composing thematic core). We shouldn´t forget that it is also an exegetic and hermeneutic approach, whenever required. All this has been put into practice after a hermeneutic description, by means of studying the constructive model upon which the creation of this corpus of poems is based. That is to say, by means of circumlocution and trick as signs of thought. The research is focused on the original version and not on the bilingual ediction.

Palabras clave: Poesía española contemporánea, Vicente Cervera Salinas, estudio, arte poética, Oblicua.

Key words: Spanish contemporary poetry, Vicente Cervera Salinas, research, poetic art.




"A Vicente Cervera, que en su afán de didactismo (vía socrático-mayéutica)
nos invitó a otear y formar parte del Aleph"

1-. Descripción hermenéutica

Portada de "El alma oblicua" en la edición bilingüe español-francés
                    El alma oblicua[1] es una obra cifrada, en la amplitud de claves de la cultura, en la que Vicente Cervera Salinas, como hacedor de la misma, no sólo tiene la intención de proyectar, en la magia y comunión del verso, los circunloquios del pensamiento, sino que, además, este poemario está claramente emparentado con el movimiento de la Estilística, por lo que, en un principio, interpreta  esos estados de ánimos que están y fluyen fuera de la rectitud, como los ardides esquivos y resueltos que traza el pensamiento en la reformulación de lo que viene dado como razón o teoría. De este modo, se puede inferir que a todos los estados “esperados” en la reacciones del pensamiento, les conviene una expresión “recta” y, por tanto, ajustada a los cánones y límites impuestos por la razón, pero a todo lo que va más allá, a todas las operaciones que el espíritu (alma) realiza por y sobre el pensamiento -ahora sujeto almado- les corresponde, en este presente de la creación literaria, una expresión distinta, que podemos hallar en la propia “inventio”, en la que el decurso del hallazgo de las ideas y de las palabras se convierte en un proceso indagatorio y de refinamiento exquisito; en la “dispositio”, en la que las operaciones textuales no sólo van orientadas a un reglado posicionamiento y acople a los esquemas sintácticos prefijados y predestinados, sino que, además, en este caso concreto, Cervera Salinas anhela una proyección formal que esté gobernada por lo cabalístico, la música y la geometría. El poema se convierte, de esta forma, en un punto actualizado, en el que, como si se tratase de la ejecución de un acorde, convergen en la línea del flujo temporal las ciencias, las artes, el pensamiento y la palabra, es decir, el alma fusionada a un cuerpo que la formaliza y se desenvuelve en una cultura determinada. El pensamiento, bajo este molde, siempre reconfigura la realidad: la propia manera de mirar distorsiona y crea una realidad hondamente humana, la percibida por el poeta. Cervera Salinas, transfigurado en yo poético y conocedor excelso del juego y comunión de la literatura, entiende que la retórica (ars bene dicendi) se convierte en un medio para crear una nueva realidad en la gramática (ars recte dicendi) y por encima, visto está, de la realidad misma.
                                       […]Mira como son miríadas
                              de cristales los que pautan el
                              espacio, junto a ti, compartiendo
                              en la caída esa unión de gravedad
                              y ligereza, hasta forjar la blanca
                              superficie, que otros pasos huellan,
                              aman y culminan.
                              (Cervera Salinas, 2010a, p.40)



 El poeta, siguiendo los parámetros de Martin Heidegger y de la Fenomenología, entiende que la realidad no existe en un punto absoluto de definición, sino que, por el contrario, la formulación de la misma viene pautada por lo caleidoscópico, por los diversos acercamientos que siempre tienden a enriquecerla. Vicente Cervera, “animale rationale”, concibe que el hombre se relaciona perpetuamente con todo aquello que lo circunda y, por ello, ha de erigir, como forma de vida, la reflexión para llegar al conocimiento de toda su circunstancia. El pensamiento que ejecuta la “res cogitans”, con el fin de hallar su verdad y darle luz en la formalización literaria, sobre esa realidad sumergida es doblemente inquisidor, en cuanto que la deconstruye mediante la interrogación para darle una construcción más solida, una vez que ha sido filtrada por el tamiz del pensamiento. De ahí se deduce que la literatura es un intento por hacer un mundo mejor, pero no al estilo de Rubén Darío, que construyó un mundo evasivo para huir de la condena de su vida, sino un mundo en el que el poeta ha querido dejar patente su verdad.
                                                 […]Os confieso
                              que fui fiel a esa serpentina,
                              a ese sendero siempre abierto hacia
                              otras nuevas direcciones. Os confieso
                              una verdad que allí aprendí: no
                              se renuncia ni a la muerte al devenir.
                              Siempre el reposo se hace guía.
                              Siempre la guía se desprende
                              Hacia otro fin. […]
                              (Cervera Salinas, 2010a, p. 20)