viernes, 15 de mayo de 2009

EL CONCEPTISMO, EL TIEMPO Y LA OTREDAD COMO ALMA DE CREACIÓN DE ÁNIMA MÍA DE CARLOS MARZAL



Encarnación Fernández Robledo y Miguel Ángel Rubio Sánchez: “El conceptismo, el tiempo y la otredad como alma de creación en “Ánima mía”, de Carlos Marzal.” en Cartaphilus  (Revista electrónica de Investigación y Crítica Estética de la Universidad de Murcia)”, Volumen 5 (2009), págs. 152-166.

Irrumpe Carlos Marzal, en el escenario del gran teatro de la vida, con un poemario de notable y excelsa calidad, al saber dar cauce a lo sentido y a lo presentido, a lo conocido y a lo desconocido, a lo que forma parte del texto y forma parte del mundo, a lo que te afecta a ti y me afecta a mí, mediante una literatura muy porosa, que aúna con mucho tino los elementos que quedan desdibujados por la lógica tirana que somete el lenguaje a su rigidez y fosilización. Marzal consigue proyectar el texto más allá de los límites de la lógica y de la memoria hasta puntos universales con significados siempre nuevos y casi siempre ocasionales. No obstante, para desempeñar tan arduo quehacer, el poeta, ese médium entre lo humano y lo divino, recurre  a una labor intertextual que va más allá de los textos a los que remite el texto, ya que, además, consigue crear una intertextualidad con diferentes periodos literarios, con diferentes filosofías, con diferentes concepciones del tiempo sobre el tiempo, con diferentes estilos de escritura y un trasfondo en el que se puede observaruna resurrección muy personal de diferentes épocas literarias y autores, pero como una fuente de vida inextinta y reinterpretada, al ser presentizada en clave Marzal. Por ello, el poemario -y el poema en sí, si se prefiere- se convierte en un universo de convergencias, en el que, entre otros muchos puntos, encontramos en plenasimbiosis y ósmosis los siguientes: un arte conceptual que remite, por los juegos de palabras, a la tradición, más concretamente, a Gracián y a Quevedo; un riqueza léxica que va y oscila desde los latinismos y la etimología hasta el léxico médico que remite a la más cercana y cruel enseñanza del dolor, por ejemplo, en títulos de poemas, como “Apneas”; también hallamos la deconstrucción tratada como proceso de la construcción del yo con extensión al tú, junto a la creación literaria como una filosofía de vida más, o, si se quiere, el concepto de la otredad; de la misma manera, asistimos a diferentes interpretaciones del concepto tiempo, además de la disposición isotópica formal del mismo, ya que ,a veces, el presente queda definido como un albergue de la memoria y, por tanto, del pasado; otras veces, en cambio, el tiempo es contemplado como una fuerza que arroja al poeta, al estar fluyendo en él... (pincha sobre la imagen para leer el artículo completo en Cartaphilus).